La nueva lencería es sostenible, sexy y quiere cambiar el mundo

La nueva lencería es sostenible, sexy y quiere cambiar el mundo
lenceriaMarcas novedosas e independientes apuestan por usar materiales sostenibles, trabajar con productores locales o ser para todas las tallas.

Todo es política. Comprar un sujetador también. Cualquier decisión de moda implica una mirada sobre el mundo. En la era de las camisetas con mensajes feministas y la urgencia de lo diverso y lo sostenible la lencería femenina levanta la voz. Es una voz que habla en privado y en voz baja, pero habla. Y dice las cosas claras.

En los últimos años han surgido marcas de ropa interior de mujer que son independientes y tienen una misión. Puede ser apostar por materiales sostenibles, por productores locales o ser para todas las tallas. Que nadie bostece: esta lencería no es aburrida y está dispuesta a redefinir eso tan resbaladizo llamado sexy.

El nuevo sexy no pasa por el backstage de Victoria´s Secret, por las posturas forzadas ni por las prendas imposibles de poner y quitar sino por mostrar mujeres diferentes con actitud segura vestidas con ropa que es bonita y cómoda. Era posible hacer moda íntima así. Aleluya.

Si buscamos que nuestras camisetas sean modernas y lo más respetuosas posible con el entorno, ¿por qué por dentro seguimos vistiendo como hace una (o varias) décadas? Gran parte de la lencería de hoy sigue usando los mismos códigos (esos encajes picantes) de hace años.

Los push ups, aros con fuerza olímpico y tangas letales dan paso a las prendas realizadas con otros patrones, cortadas al láser y pensadas por mujeres para mujeres. La buena noticia es que todo esto es sexy porque es cómodo, favorecedor y habla el lenguaje de su tiempo. No se trata solo de un tema estético: a nuestra ropa exterior le exigimos mucho. A la interior, pobre, le pedimos bastante poco. Lo justo.

Esta corriente es universal, pero tiene focos en Francia, Inglaterra y Estados Unidos. Las marcas francesas de lencería están empeñadas en revisar la definición de ropa sexy. Henriette H tiene una propuesta de ropa blanca cosida y bordada en Francia con la que pretende vestir momentos de intimidad.

La marca fundada por Sarah Stagliano se ha unido al ilustrador o ilustradora, (se desconoce su identidad) Petites Luxures, tan francés, tan de moda y tan erótico; juntos o juntas han diseñado una edición limitada de su productos estrella: unas bragas blancas bordadas a mano llamadas Jeu de mains.

Esto que ya vestían nuestras abuelas resulta hasta transgresor en manos de franceses. Stagliano no es ambigua, ella vende ropa “para el amor”. Con su marca “tenía ganas de imaginar una línea de piezas intemporales y únicas sin caer en la lencería de encaje negro y redecilla”. No ha caído.

Este producto, la braga blanca, es también el centro de Breakfast Club, otra marca gala que fabrica localmente con algodón bio. La ropa interior blanca de algodón podía ser sexy. Sobre todo si las personas que lo visten lo son. Dessu propone ropa interior anticliché [sic] y diferente para cada momento del día. Ojalá: significaría que nos da tiempo a pasar por casa cinco veces al día.

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